El único sacerdote que ha recibido la pena de muerte en Estados Unidos
- Condor leyendas
- 10 sept 2020
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El sacerdote Hans Schmidt con solo escuchar este nombre hiela todavía la sangre, a pesar de que han pasado más de 100 años de sus atroces crímenes. En 1913 era detenido por el asesinato de la joven Anna Aumeller, la encargada de la limpieza de su rectoría. Unos niños encontraron su torso flotando en el río Hudson, mientas que un día después unos pescadores encontraron el resto. Es el único sacerdote católico que ha pasado por la silla eléctrica en la historia de los Estados Unidos.
Schmitt había nacido en 1881 en el pequeño pueblo de Aschanffenburg y pronto quedó claro que aquel niño no era normal. Tenía instintos sádicos, le encantaba ir a los mataderos a ver cómo procesaban la carne y una vez degolló a dos gansos de la casa de sus padres y se guardó sus cabezas en el bolsillo.

Schimitt encontró en aquellos hábitos la mejor protección contra sus grotescos impulsos. “Dios habla de diferente forma a diferentes personas”, aseguraba.
Empezó a ejercer en los pequeños pueblos de Burgel y Seelingstadt y en seguida se vio que aquel hombre estaba fuertemente perturbado, con sermones excéntricos y todo tipo de acusaciones, de haber abusado de monaguillos a haber tenido relaciones con varias mujeres y frecuentar prostíbulos. La diócesis de Mainz decidió expulsarle y entonces el sacerdote vio que no tenía otro remedio que emigrar a los Estados Unidos.
En 1912 llegaba a la iglesia de San Bonifacio en Nueva York, después de un breve y misterioso paso por Louiseville, Kentucky. Allí conoció a la joven Anna Aumuller, la limpiadora de la rectoría, una inmigrante austríaca que acababa de llegar a Nueva York, y empezó a seducirla. Ella, a pesar de resistirse en un principio, se enamorará del apuesto sacerdote y comenzará una relación en secreto que acabará en boda, una boda secreta por la iglesia que oficiará el mismo Schmidt.
La boda se realizó el 26 de febrero de 1913 y la novia no podía disimular su felicidad. Sin embargo, seis meses después, Anna le confesará ilusionada que está embarazada y abrirá de nuevo la caja de Pandora de la locura del sacerdote. Consciente que con un hijo le será imposible llevar la doble vida de la que ahora disfruta, esperará a que su mujer se duerma para cortarle el cuello. Según confesó después, la violó una vez muerta, bebió su sangre y descuartizó el cadáver para lanzarlo al río Hudson. Su frialdad era tal que acto seguido fue a la iglesia y ofició su misa como si nada hubiera pasado una vez descubierto el cadáver, la policía no tardó mucho en dar con Schmidt.
El 18 de febrero de 1916 Schmidt era llevado a la silla eléctrica acusado de asesinato en primer grado, Murió por una descarga de 1.700 voltios, pero tuvo antes tiempo de pedir perdón a los asistentes y asegurarles que él les perdonaba.
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